Ya no me hablas

Aún recuerdo cuando me llamabas princesita, aunque no me gustaban las coronas y nunca vestía de rosa.
Pero lo recuerdo con cariño.
Últimamente discutimos mucho, hasta llegar al punto en el que apenas nos hablamos...
Decías que lo darías todo por mi, y que me querías más que a nada. Y sin embargo, tú, que no has cumplido ninguno de tus sueños, me prohíbes cumplir el mío, con la excusa de que no me dará para vivir, y que lo importante es ganar algo de dinero, que eso es lo que trae la felicidad, y que de cualquier otra manera seria muy dificil conseguirla.
Sé que has pasado malos momentos, pero yo prefiero perseguir un sueño.
Pensaba que me entenderías mejor.
Quisiste obligarme a dejar la música, pero no lo conseguiste. Y aunque tengo miedo de decepcionarte, temo aún más decepcionarme a mi misma.
Dime, ¿cómo hemos llegado a esto? Por favor, dime... en qué momento dejé de ser tu princesa.