8 tumbados

"Solo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana; y de lo primero no estoy tan seguro"

Colores del otoño

Ya hace tiempo que no busco mi media naranja, ni mi media manzana, ni mi medio limón.
Todas ellas se pelan, se rompen, se pudren y se aplastan.
Unas por ácidas, otras por dulces, ninguna me convence.
Yo tengo mi coraza, forjada con los años que nadie podrá romper. No quiero nadie que intente sacarme de mi cascarón, sino alguien que me complemente, alguien que me cuide y me acepte.
Busco alguien con olor a bosque, fuerte, luchador y... un poco menos como yo.
Alguien oscuro, con los colores del otoño, mi estación favorita.
Yo busco mi media nuez caída del cielo.
¿Alguien conoce media nuez perdida y rota como yo?

You

Todo pasa rápido. Muy rápido. Crecemos sin darnos cuenta, y cosas que antes eran esenciales, ahora dejan de tener sentido. Cosas que antes eran prescindibles, ahora se te hace imposible vivir sin ellas.

Tú eres un buen ejemplo.

Dicen que nunca se sabe lo que se tiene hasta que se pierde, pero eso no es cierto. Siempre lo supe, pero nunca pensé que lo perdería.

Te diré cual es mi historia y porqué no tengo nada que perder.

Siempre vivió en su mundo. Lo adoraba, al igual que todo lo que veía.
La realidad siempre le pareció cruel, así que decidió dejar de sentir un buen día, guardando todas sus ideas, su imaginación, su cariño en una pequeña caja oculta en sí misma.
Nunca trató de cambiar lo que le rodeaba, pero tampoco intentó parecerse a ello. No quería encajar en un mundo en el que lo natural es hacerse daño unos a otros, en el que la guerra es el modo de resolver problemas, el mundo que debe ser gobernado, el mundo en el que hay órdenes que obedecer, en el que te dicen cómo pensar, cómo deben ser las relaciones y los sentimientos... Un mundo hecho.
No, no era eso lo que ella quería.
Sin embargo, con la imaginación de una niña, pensó que ella podría cambiarlo. Pensó que aportando su pequeño granito de arena podría crear una montaña, pensó que sonriendo, contagiando su felicidad hasta convertirla en una plaga, conseguiría un mundo feliz. Pero se equivocó.

La niña creció rápidamente, y en a penas 3 años, descubrió que su propio mundo estaba perdiéndose.
Descubrió que la llave de la caja en la que guardó sus sentimientos ya no estaba.
Entonces recordó porqué los había encerrado, porqué decidió crear su propio hogar. Recordó el daño que le habían hecho esos sentimientos malditos, el dolor que la habían causado las personas que llegaron a conocerlos, que tras aprovecharse de ella, la pisotearon hasta convertirla en agua.
Guardó toda esa oscuridad, y como agua que era se adaptó a todo. Así fue como conoció la felicidad.
La felicidad de la ignorancia, si. ¿Pero no es esa en el fondo la única verdad?

Sin embargo, un día alguien la llamó. Le dijo -Por favor, regálame tus sentimientos. Prometo cuidarlos. Y te prometo también que si algún día vuelves a abrir ese cofre, te sentirás viva, así como lo hago yo.-
Fue la primera voz que traspasaba sus muros y se dejó guiar por ella. Saltó al mar al que había lanzado la llave sin dudarlo, siguiendo la promesa de algo nuevo, algo que nunca antes se planteó.
Pero estaba demasiado oscuro. Demasiado profundo, sin embargo la voz la guiaba.
De pronto, comenzó a ver que le faltaba el aire, que el peso del mar se agolpaba sobre todos y cada uno de sus huesos. En ese momento le gritó a la dulce voz que la ayudara, le suplicó un poco de aire.

Y de ese modo, entregándole el beso de la muerte le concedió su deseo, haciendo que la chica se enamorara de aquel sonido, de aquel contacto. Sin embargo el tiempo fue pasando...  y la voz se fue disipando por el eco de las olas. Ya no podía gritar ni podía oírla, y necesitaba respirar.
Continuó nadando para recoger la llave y cuando al fin la consiguió y regresó a la superficie...

Él ya había desaparecido, abandonándola con sus sentimientos oscuros, con los huesos rotos y con el corazón fuera del pecho. Ya no podía ser feliz, ya no tenía energía para seguir luchando contra las olas.

Por favor, ayúdame. Te necesito, no te vayas.
Adiós... No vuelvas, no me hagas más daño, ya estoy rota.

Te prometo que seré feliz, que encontraré la salida. (¿Ves? Yo también sé mentir)

Personas inmortales

' Sin los niños no habría humanidad, por lo tanto la humanidad se la debemos a los niños.'
Miliki.

Como cazar sueños en el reino de las mariposas gigantes.

Hay en todo sueño, una semilla de magia, 

una historia que pide a gritos ser contada,

un secreto que late dentro de un cofre

igual que un corazón.

Para tener un sueño no es necesario 

que apagues los ojos y cierres la luz.

Basta con cambiar de sitio las palabras

y dejar que sueñe una canción.

¿Qué más quieres?

Si me jodes, te jodo. Somos el 90% del otro.
Estoy harta de sufrir por gente que ni lo merece, ni le importa.

Y es tan puro lo que siento cuando escribo...

"Tú eres luz para esta oscuridad, la piedad de mi ira, la paz para esta ansiedad que dentro se respira, eres la vida que aparece cuando solo veo muerte, la suerte en una mala racha que me hizo más fuerte. Verte tiene sensaciones que se chocan, provocan explosiones cuando dos almas se tocan locas de atar, eres la arena de este mar tranquilo, sí, y no creo en el destino pero ella vino y sé que no fue por azar. Tu filo no puede cortarme, tu mano está tan cerca, despierta y tan atenta que a veces cuesta cogerla y si fallo y me confundo siempre tienes la respuesta, la derecha de mi izquierda, la complicidad es nuestra. Eres el orden de mi caos más absoluto, lo cálido y templado una sonrisa en este luto, junto a tí todo parece más posible, eres el tacto a lo sensible , y veo tan claro lo que siento que se va por invisible."

La chica de la guitarra roja

Van pasando los días, y voy viendo como me deshago, como dejo de ser yo misma.
¿Donde están mis días felices, mis noches soñando, mis dibujos de colores..?

Se fueron volando, libres como la música, invisibles como el viento. No pude hacer nada por evitarlo, y me sangra el corazón por la impotencia, por la ilusión perdida, y por las cuerdas desafinadas.
¿Qué es la música, sino un sentimiento?
No sé que hago yo hablando de ella, que alimentada por las musas, me permite subsistir. Que me da la vida.

Se te cayó la corona, princesa.

El piano seguía sonando, al igual que sus tacones contra el suelo.
Pum, pum, pum... ya no sabía si era el suelo o su corazón. Quizá todo formando una perfecta melodía.
Con los ojos aún cerrados pasó sus manos por su cuello, lentamente.
Giro tras giro, las notas del piano iban cayendo e iban siendo aplastadas por sus pies.
Do, Re, Mi, Fa, Sol.
¡Vamos! -Le dijo.- Mis ojos tienen hambre de ti.
Entonces los abrió.
-Siempre pensé que yo tenía algo que tu necesitabas. Pero me equivoqué. -se dijo a si misma, ya que, de nuevo, se había quedado sola, en la pista de baile, con una melodía vacía y un corazón roto.
Pobre princesita.

Mariposas muertas, lágrimas corriendo

La magia poco a poco va desapareciendo.
Hasta que llega un momento en el que las mariposas del estómago, salen en forma de lágrimas.
Cada día te parece monótono, quizá cada día más horrible al anterior.
El bucle de oscuridad se va haciendo cada vez más hondo, y no puedo respirar.
Me estoy muriendo, necesito mis mariposas.
Necesito volver a volar, volver a tocar el cielo, volver a sentir el calor del infierno sin moverme de la cama.
Quiero soñarte, imaginarte, tocarte...
Pero no quiero verte. Sé que nunca volverás, y ahora solo espero el momento en el que desaparezcan mis lágrimas, el momento en el que otra persona me haga vibrar como hacías tú.
Pero sin ser tú.

El amor viene y va

Decidida a pasar página relajé mi conciencia,
Sequé las lágrimas vertidas por  la providencia,
Rapeando y retratando la existencia,
Como única estrategia
para olvidar mis carencias.

Y alcancé la paz con la soledad de aliada,
porque antes que sentir dolor,
mejor no sentir nada.
Hasta que un hada apareció de repente en mi mente,
iluminando un corazón inerte.

Me habló y me dijo que él nunca se va para siempre,
que el amor camina libre, como el alma de la gente,
que no entiende de añoranzas ni lamentos,
que solo vuelve cuando siente que llegó el momento.

Ahora sé que el amor fuera de nosotros solo es viento,
necesita un cuerpo donde hallar cobijo y tiempo
para madurar mientras nos murmura
voces de luz pura,
infinita, que invitan a levitar.

Pero es caprichoso y marcha en busca de la aventura,
dejando el alma desnuda en manos de la locura,
solo nos queda esperar,
jugar con la soledad a oscuras,
hasta que llega otra figura que nos cura.

La vida

Me gustaría creer que cuando muera seguiré viviendo, que alguna parte de mi continuará pensando, sintiendo y recordando, pero por mucho que yo quisiera creerlo y a pesar de las tradiciones culturales del mundo que existe otra vida.

Nada me indica que tal aseveración pueda ser algo más que un anhelo. El mundo es tan exquisito, posee tanto amor y tal hondura moral que no hay motivo para engañarnos con bellas historias respaldadas por escasas evidencias. Me parece mucho mejor en nuestra vulnerabilidad mirar cara a cara a la muerte y agradecer cada día las oportunidades breves y magnífiicas que brinda la vida.

-Carl Sagan-.

Soy la única responsable de mi gris situación

Cuando notas que el aire te falta, que se acaba en tus pulmones.
Cuando notes que el agua sabe a fuego, que la comida no alimenta tu alma, cuando sientas que tus sueños son inalcanzables, inconcebibles... o si ya se transformaron en pesadillas.
Entonces estarás en mi mundo, en mi cruel realidad, en mi destrozada mente, hecha añicos, un poco más rota a cada instante que pasa.

¿Entonces la vida está hecha de chocolate?

La vida es un lío.
Los líos con de una noche.
En las noches hay luna llena.
Lleno de días está febrero.
Febrero, que rima con dinero.
Falta dinero, estamos en crisis.
Crisis sentimental.
Corazones partidos en dos mitades.
De dos mitades está hecha una fresa.
Existen helados de fresa.
Si hay de fresa, habrá de chocolate.

¡Espera, espera, espera! ¿He dicho chocolate? Mmm.... chocolate...

Dudas

Quizá necesites ayuda señorita,
has perdido todas tus ilusiones.
Parece ser que cada día, te hundes más y más.
Es posible que hayas perdido el norte.
Puede que ya no necesites una mano que te ayude.
Seguramente, y de nuevo, has sacrificado tu felicidad por la de otros.

Perdóneme señorita por decirle ésto, pero...
Las casualidades no existen, Dios no juega a los dados.

¿Qué cómo sé que aún te quiero?

Porque evito mis lágrimas con placeres.
Y entre orgasmo y orgasmo sigues apareciendo tú.

Cuando uno se acostumbra a no conseguir nunca lo que desea, 

¿Sabes lo que pasa?

Que acaba por no saber incluso lo que quiere.