Nada

Te alcanzo, y te veo caer suplicando a mis pies, pidiendo clemencia, pidiendo que te perdone. No. No tiene perdón.
Te doy una puñalada en el corazón; la misma que tu me diste una vez por la espalda.
Estás muerto.
Y yo también.
Algo se rompe por dentro, pero ya no tenia salvación. Solo quedaba algo... que acabo de destruir. Ya puedo morir en paz. O en guerra. No importa, podré morir.
Mi rostro no cambia. Ninguna expresión transluce aunque por dentro mi sangre negra corre, arrasándolo todo a su paso. Pero ya no siento. No siento nada.
Cojo el puñal, y aún con tu sangre manchado me lo clavo. Me falta el aire. Después de tantos meses, siento algo. Duele. Mucho... necesitas aire y no entra el suficiente, es como querer morir, pero no hacerlo.
Con las fuerzas que me quedan, cojo el pomo del cuchillo, y armándome de valor doy un golpe, para que llegue al corazón. Frío. Dolor. Grito. Fin...