¿Es culpa mía por confiar en la gente, o es la naturaleza del ser humano?
Ses por el motivo que sea, siempre acaba igual. Cuando conoces a alguien y estás a gusto con esa persona, en el momento menos esperado... te decepciona.
Nadie es como dice ser, porque en el fondo todos somos falsos, estamos hechos de fachadas, pinturas y máscaras, y si intentas quitártela o mirar más allá no ves nada, porque simplemente, no hay nada más.
Esa es la verdad. Todo lo que esté lo suficientemente cerca de ti, te hará daño. Puede ser más o menos veces, mas fuerte o más flojo, queriendo o sin querer... Puede ser un amigo, un primo, un hermano, un padre, una madre, una pareja... todo el mundo.
La diferencia está en que algunos errores y a algunas personas se lo perdonas, y a otras no. Lo ignoras o haces como si no hubiera pasado nada, mientras esa decepción va creciendo y creciendo, mientras se te va pegando a la piel como una coraza, secándote, destruyéndote.
Entonces llega la desilusión, por vivir el día a día, por conocer a más gente, por sonreír, levantarte por las mañanas, por ser feliz. Si el hombre es sociable por naturaleza, pero sólo te hace daño, ¿Qué nos espera?
Es una obra de teatro que ya nos sabemos de memoria, porque se repite y se repetirá una y otra vez, todos los días de tu vida.
La vida es así, pero yo me pregunto... ¿Entonces para qué la vivo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario