domingo, 2 de septiembre de 2012

Diario de una adicta II

La proximidad de este hombre que apenas conozco es intoxicante, término que uso con cuidado porque conozco demasiado bien su significado, pero no encuentro otro para describir esta exaltación de los sentidos, esta dependencia tan parecida a la adicción. Ahora entiendo porqué loa amantes de la ópera y la literatura  ante la eventualidad de una separación, se suicidan o se mueren de la pena.
Hay grandeza y dignidad en la tragedia, por eso es fuente de inspiración, pero no quiero tragedia, por inmortal que sea, quiero una dicha sin bulla, íntima, y muy discreta, para no provocar los celos de los dioses, siempre tan vengativos. ¡Qué idiotez digo! No hay fundamento para estas fantasías...

1 comentario:

  1. Los dioses envidian cualquier acto que hagamos, por eso no los pagan caro, no hay salida en el mundo que ellos no conozcan y que no seam capaz de parar.

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No, no tengo las cosas claras, y no quiero tenerlas. Quiero vivir el día a día, e improvisar. Quiero ganar y perder en esta vida, pero sobre todo, quiero disfrutar de cada día como si fuera el último,... el último día de los muchos que me quedan. Me llamo Andrea, y tengo 15 años. Según el momento, puedo ser madura o inmadura, porque no suelo pensar en el futuro. De pequeña bebía café descafeinado porque me sentía mayor, y ahora me encanta, al igual que me gusta saltar en los charcos o cantar en la ducha. Escribo este blog, porque me gusta escribir todo lo que no puedo gritarle al mundo. Espero que lo disfrutéis :)

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