viernes, 4 de marzo de 2011

Sólo 24 horas

Qué rápido pasa...
Un día puedes preocuparte por que el peor al día de tu vida  aún le quedan 24 horas, cuando en realidad por lo que la gente se debería preocupar es porque el mejor tan sólo durará eso. 24 horas, 1440 minutos, 86400 segundos.
En los malos momentos, nunca se debe caer tan bajo...nunca me cansaré de vivir, porque aunque haya personas que te hundan por abandonarte cuando estabas en lo más alto, o simplemente te as caído una, dos o mil veces con la misma piedra, seguiré pensando que el vida es simplemente un camino, y que nosotros somos los que decidimos el destino.

Hace unos años, pensaba que algunas personas eran las más importantes en mi vida, y que no podría vivir sin ellas, pero he aprendido que se puede vivir sin amigos, y que simplemente hay que conocer a gente nueva para darse cuenta de que la vida va más allá.

Hay heridas que nunca se curarán, y tal vez quede ahí la cicatriz, pero siempre hay que salir adelante.
A veces duele más el silencio que una explicación, y es uno de esos momentos en los que lo único que te apetece es ponerte en un rincón, y cerrar los ojos lo más fuerte que puedas para que no se derramen las lágrimas.

Los amigos, los familiares y toda esa gente que conocimos y ya no vemos, siempre estarán contigo, porque cada persona que has conocido ha dejado una huellita en ti, por mínima que sea, y te ha hecho ser como eres, asi que lo que deberíamos hacer, es agradecerles el dolor que nos ha causado, porque cada vez que somos felices nos olvidamos del mundo, y ellos han formado parte de tu mundo en algún momento.

Espera siempre lo mejor de la vida, pero prepárate para lo peor.

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No, no tengo las cosas claras, y no quiero tenerlas. Quiero vivir el día a día, e improvisar. Quiero ganar y perder en esta vida, pero sobre todo, quiero disfrutar de cada día como si fuera el último,... el último día de los muchos que me quedan. Me llamo Andrea, y tengo 15 años. Según el momento, puedo ser madura o inmadura, porque no suelo pensar en el futuro. De pequeña bebía café descafeinado porque me sentía mayor, y ahora me encanta, al igual que me gusta saltar en los charcos o cantar en la ducha. Escribo este blog, porque me gusta escribir todo lo que no puedo gritarle al mundo. Espero que lo disfrutéis :)

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